La Provincia "San Luis IX" con Sede Provincial en Le Mans - Francia celebró del 31/05/2021 al 06/06/2021 su XVII Capítulo Provincial con el tema: «Revitalizar el entusiasmo evangélico, vivir la fraternidad, dar la vida, con el corazón de Cristo Crucificado». Este acontecimiento tan importante ha sido vivido como un tiempo de gracia, para dar un nuevo impulso al carisma para que hoy pueda expresarse con más vigor y dinamismo. Una ocasión para mantener la unidad en la diversidad, para arraigar nuestro carisma en las culturas, en los diversos países en que vivimos nuestra misión con confianza puesta en la divina Providencia. Para este acontecimiento, cada religiosa ha participado en participar con la oración, el estudio del trabajo preparatorio de reflexión y la valiosa contribución de propuestas enviadas.

El Capítulo Provincial ha sido un tiempo de reflexión y discernimiento del modo en que respondemos a nuestra vocación y a las llamadas que el Espíritu nos hace a partir de los acontecimientos de nuestra vida consagrada. La referencia del Reino de Dios debe ser un proceso de discernimiento de la vida de la Congregación a todos los niveles: espiritual, personal, comunitario, apostólico y económico; experiencia que hemos vivido con fe y esperanza en nuestras fraternidades, con gran amor por nuestra espiritualidad y el carisma que hemos heredado de nuestros fundadores y de nuestras primeras hermanas. Su espíritu de oración, de perseverancia, de sacrificio y de abnegación nos ha permitido estar aquí para dar continuidad a este don maravilloso al servicio de la Iglesia.

Hemos reflexionado y compartido sobre la situación actual de nuestra Provincia y sobre el programa del Capítulo General 2017, pidiendo al Espíritu Santo que nos guíe e ilumine para la mayor gloria de Dios y el bien de nuestra familia religiosa. «En Él Dios nos ha elegido antes de la creación del mundo, para ser santos e irreprensibles en su presencia, en el amor» (Ef. 1, 4)

Dios nos llama todos los días a dar nuestra vida por la venida del Reino. Cristo dice: «Id y dad fruto, y que vuestro fruto sea abundante». Hagamos propias la frase deSan Juan Pablo II: «¡Sigamos adelante con esperanza!».

El Hijo de Dios que se encarnó hace más de dos mil años, por amor a los hombres, realiza hoy también su obra; debemos tener una mirada atenta para verla y sobre todo tener el corazón de Cristo Crucificado para convertirnos en agentes de paz y dar vida en nuestra fraternidad y misión apostólica. Ahora bien, el Cristo contemplado y amado nos invita una vez más a ponernos en camino: «Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt. 28, 19).

Nos empeñamos a aceptar las diferencias entre nosotras y en nuestras actividades pastorales, a través de la escucha, la tolerancia, la ayuda recíproca, la paciencia y dar así un nuevo impulso al anuncio de la Buena Nueva. «Ay de mí si no anunciara el Evangelio». (1 C. 9,16). ¡Qué dulce reino que es más agradable obedecer que mandar! ¡Donde cada uno es el siervo del otro y en el cual reinan sólo modestia y dulzura! (S. 2, p. 64).

Hemos subrayado la importancia del voto la obediencia y la autoridad en la vida cotidiana de modo que podamos testimoniar la belleza del Evangelio viviendo no la una sin la otra, por encima o contra las otras, sino la una con el otra, y para las demás.

Con respecto a la obediencia recíproca, hemos subrayado que ésta se construye sobre la estima, la perseverancia, la paciencia y la alegría de «vivir juntos»; la cual se vive en la gratuidad, en la solicitud, en la confianza, en la sinceridad, en la colaboración y nos conduce a la fecundidad de la vida fraterna. Ella nutre las relaciones fraternas aceptando la otra diversa, para vivir en comunión el deseo profundo de crecer en Dios. (Regla, VIII, n. 28; D. n. 4). Pongámonos cada día en actitud de discernimiento de la voluntad de Dios y de lo que Él espera de nosotras.

En Espíritu de fe, abiertas a la inspiración divina y por el bien de cada miembro de la Provincia hemos elegido a la Superiora Provincial y a las hermanas del Consejo Provincial (abajo presentamos la lista). Encomendamos al Señor, pidiendo para el nuevo Consejo la gracia de la alegría y la disponibilidad al servicio de cada hermana y a nosotros la fuerza y la alegría de continuar fielmente la misión del apostolado para la venida del Reino de Dios.

Agradecemos a sor Paola Dotto, superiora general y sor Augusta Visentin, consejera y secretaria general por su presencia discreta y fraterna. Hemos apreciado sus propuestas y consejos; les aseguramos nuestra oración cotidiana, para que puedan encontrar la verdadera alegría sirviendo a todas las hermanas de la Congregación.

¡El nuevo Consejo Provincial!

Sor Elizabeth Varikkakuzhyil                  Superiora provincial
Sor Emmanuelle Piccolo                       1° consejera y Vicaria
Sor Beniamina Borsato                          2° consejera
Sor Sherly Joseph                                  3° consejera
Sor M. Armelle Kosta                             4° consejera

El acontecimiento del Capítulo provincial fue la ocasión para celebrar los jubileos de las religiosas de la Provincia, uniendo a ellas también a la Superiora general, Sor Paola Dotto, que celebra este año su jubileo de oro. Las religiosas jubilares son: Sor M. Emmanuelle Piccolo, por sus 60 años, y Sor Louise Modesto, por sus 70 años de vida religiosa. La celebración eucarística fue bien preparada y participada activamente por todas las religiosas. La celebración fue presidida por el padre Edmond Samson, nuestro capellán, que con nosotros alabó y agradeció al Señor por don de la vida y la fidelidad y también dio gracias por el servicio realizado por las hermanas jubilares durante estos largos años.