Siguiendo el mismo mandamiento de Jesús, los apóstoles y discípulos de Jesús han ido por todo el mundo para anunciar la buena noticia de que Dios ama al mundo. Los discípulos, también hoy, impulsados por una pasión insaciable por Jesús y por un gran celo por su misión, irradian ese amor del Padre renunciando a la propia familia, a los amigos y a los bienes; van a las tierras inexploradas y hostiles, testimoniando el amor que han experimentado desde su intimidad con Dios. Jesús está entre nosotros dando el poder de desafiar el espíritu del mundo con el de su Espíritu divino. La presencia de Jesús es la fuerza de la Iglesia. Prueba de su presencia es la existencia de la Iglesia incluso después de siglos de su vida, muerte y resurrección.

La Jornada Misionera Mundial, instituida en 1926 por el Papa Pío XI a petición de la Obra de la Propagación de la Fe, nos invita cada año, en el espíritu de la unidad y de la universalidad de la Iglesia, a un renovado compromiso de responsabilidad por parte de todos para la difusión del mensaje Evangelico.

La Iglesia continúa aún hoy su camino misionero, invitando a cada persona a conocer los caminos de Cristo. El "Saulo" que se convirtió en "Pablo" no podía detenerse en ninguna parte, el ardor que le infligía la visión de Cristo lo hacía recorrer incansablemente kilómetros y kilómetros. Hay miles de misioneros como San Pablo, que trabajan entre los pobres y los marginados, testimoniando a Jesús con su propia vida.

La Jornada Misionera Mundial es una gran ocasión para manifestar nuestro amor y nuestra solidaridad a nuestros hermanos y hermanas que arriesgan la vida para compartir la fe y la promoción humana de los marginados. Al ofrecer nuestras oraciones, nos unimos a ellos que están presentes en todo el mundo, en comunión y compasión para sostenerlos en su gran tarea de difundir la Buena Nueva. Cuando compartimos la pequeña contribución de lo que tenemos para ayudar a las misiones, el Señor la multiplica en una cantidad mayor, para alimentar a los hambrientos y vestir a los desnudos.

Nosotros, FMSC, en los diversos lugares de misión de la Provincia "Holy Family" en la India, hemos participado activamente en la contribución para la Jornada Misionera junto a las comunidades parroquiales. Las hermanas mostraron todos sus talentos y habilidades en su presentación creativa. Alfombras, elaboración artesanal en papel, adornos, hortalizas de nuestro huerto, plantas de interior y exterior, santos rosarios, imágenes sagradas y estatuas sagradas y mucho más...

Sostenidas por la colaboración de los párrocos, de los jóvenes, del grupo de la Legión de María y de las religiosas, han montado varios bancos y han recogido una buena suma de dinero.

Deseamos y rezamos para que estas celebraciones sirvan como un compromiso continuo para construir la Iglesia como comunidad cristiana donde no hay barreras de lengua, nación, cultura, etnia o género. Todos somos una sola familia humana e hijos del mismo Dios nuestro Padre. Todos estamos llamados a ser misioneros cada día.